jueves, 14 de junio de 2012

LO DEL RESCATE… ¿ME LO EXPLICA?



Posiblemente del rescate ya se haya dicho todo. Puede. O no. También puede. O se ha comentado y no hemos atendido, que todo es posible. Porque recordemos que nuestro estimado gobierno tuvo a bien informarnos del feliz acontecimiento aprovechando el partidazo de la Eurocopa y claro, ya se sabe… tiran más dos tetas que dos carretas y toda España pendiente de los balones, no dejaba hueco para informarse del magno instituto por el cual pasábamos a deber a los grandes de Europa, la nada desdeñable cifra de 100 billones de euros. ¡¡Billones!! ¡¡Con B!! Que he visto muchos cien millones por ahí escritos y son más, muchos más “leuros” de los que nos pensamos.

Conclusión número uno: que nos rescaten no es para tocar la zambomba. Es terrible, deprimente y nos ata de por vida a unos intereses que nadie sabe a cuánto ascienden (upps, se les olvidó mencionarlo) pero que a buen seguro nos dejará los bolsillos desfondados.

Conclusión número dos: los potentados europeos, nos miran con una chispa de repelús, así como a apestados que reciben limosna cuando los euros no son para el pueblo español sino para sus bancos. Toma ya!!

Conclusión número tres: no recuerdo haber apadrinado ningún banco: A ver… tengo apadrinados tres niños en Bosnia, un colegio en Brasil y unos cinco mil perros abandonados. Pero bancos… bancos… Oiga, ahora mismo no caigo en si alguna vez me preguntaron. Productos que no uso, empresas que no conozco, de las que no soy propietario, ni accionista, ni empleado. Dicho lo cual, aunque me hubiesen consultado de rodillas antes de meter mano en mis pensiones y robármelas con guante de cabritilla, mi respuesta habría sido la misma: un tajante ¡¡¡NO!!!

Gregorio tenía un bar heredado de su padre y este a su vez de su abuelo que lo compró a medias con su socio Marcial, el que le salvó la vida en la guerra. Un negocio familiar de toda la vida que representaba mucho más que una simple barra y unas cervezas. Cuando la crisis arrancó, tuvieron que prescindir de un camarero. Apretó y prescindieron del otro. La mujer de Gregorio, con su espalda de alcayata, tuvo que meterse en la cocina a sudar la gota gorda pelando papas. Gregorio, a sus muchos años y dolencias, conoció más horas extras que el reloj de la torre, sirviendo “cafeses” y viendo al tiempo cómo menguaban sus exangües beneficios. Después de muchos sacrificios y de dejarse la piel a tiras en un negocio que ni p´alante ni p´atrás porque la gente del pueblo ya no tenía cuartos que gastarse en tapas, Gregorio y su santa echaron el cerrojo. Allí quedaron, de pie en la plaza, los ojos clavados en una persiana de acero que resumía toda una vida de privaciones. El futuro acechaba incierto con apenas trescientos euros de pensión a repartir como buenos cónyuges.

Nadie vino a rescatarlos.

Gregorio no existe. Pero su historia la repiten cada día miles de Gregorios por todo el mapa. El que lleva mal su negocio, el que invierte alegremente y se excede con el riesgo, el que toma decisiones equivocadas… la palma. Se le muere el negocio y ni le aplauden. Otro, como Gregorio, ni culpa tienen: fueron diligentes, ahorraron cada peseta, vigilaron el gasto de agua, se acordaron de cerrar las luces cada noche y restregaron suelos, barra y estancia con agua del grifo y vinagre que cuesta menos que los limpiatodos. Pero el demonio de la crisis de los demás se cernió sobre su pequeño bar y lo hirió de muerte. Han sido cuidadosos, trabajadores y honrados y hoy, apenas tienen para comer.

Esa es la gente que hace país. Dan empleo, generan riqueza. A esos es a los que hay que rescatar. ¿Desde cuándo “SALVAR EL SISTEMA FINANCIERO” equivale a “GARANTIZAR QUE LOS DIRECTIVOS DE LOS BANCOS SE RETIREN CON MUCHOS MILLONES”? ¿Pero qué está pasando? ¿Acaso hemos olvidado tan pronto que ya se vivía (y no del todo mal) antes de que existieran los bancos? ¡Señores! Que estos “establecimientos” nacieron con el único objeto de guardar nuestras perras con mayor seguridad y que las bolsas bajo los colchones no fuesen reclamo para indeseables cacos en nuestras moradas. Más adelante, listos ellos, identificaron la oportunidad de “ya que te lo guardo, ¿qué tal si te pago un X y me permites que lo preste a otros? Ese otro me paga un X+Y, te liquido, me quedo la diferencia y ya he montado un negocio”. Bueno, hasta ahí, nada ilícito. Pero esto se ha degradado, ha degenerado, no lo reconoce ni la madre que los parió, se equivocan a lo loco. Nos han sangrado, se comen nuestros ahorros, las pensiones de los abuelos deslomados y nos endeudan frente a Europa.

Y la excusa es siempre la misma: es que sin bancos no podremos vivir.

¿En serio nos lo creemos?

viernes, 1 de junio de 2012

Personaje del mes



Helena Trujillo (psicoanalista)

Antes de sumergirte en la entrevista, PINCHA la banda sonora de Helena:



1)    ¿A qué te dedicas exactamente?
Soy psicoanalista de la Escuela Grupo Cero, me dedico al campo de la salud psíquica, el asesoramiento, la difusión del psicoanálisis a través de conferencias, artículos, colaboración en medios de comunicación. También soy coordinadora de un taller de escritura.
2)    ¿Cuál es tu formación académica y tu experiencia?
Soy licenciada en Psicología por la UMA, con formación psicoanalítica continua en la Escuela Grupo Cero, además cursé estudios de Criminología. Desde hace 12 años desarrollo mi carrera profesional en mi propia consulta. He atendido a personas con muy diversa problemática, diversas edades, parejas con problemas en su relación, etc. Así como he impartido innumerables charlas de psicoanálisis, recitales de poesía y qué decir de la grata experiencia en los medios de comunicación que desde hace más de 6 años desarrollo de forma continua.
3)    ¿Qué te llevó a esta profesión? ¿La consideras vocacional o fruto del azar?
No creo que el azar tenga mucho que ver con la vida que tengo. Puedo decir que en mí existía el deseo de hablar y de producir otra vida y un día llegó una persona que se dio cuenta de esa demanda y me abrió el camino. Luego alguna decisión tuve que tomar y hubo otras personas que me ayudaron a ir dando los pasos para estar donde estoy. Empecé como paciente y luego surgió el deseo de escuchar a otros y ayudarles a tener una vida más satisfactoria. Yo creo que los buenos ejemplos me ayudaron a identificarme con esta profesión y esta vida apasionante.
4)    ¿Qué te aporta como ser humano?
Me aporta todo lo que soy. Se me hace imposible pensarme la mujer que soy sin el recorrido que he hecho a través del psicoanálisis. Muchas personas no me reconocen con la niña y la joven que fui. He desarrollado muchas facetas gracias al camino que esta profesión me ha abierto, también a las exigencias que impone. No hay forma de dormirse y eso es estupendo. Es entender la vida de otra forma, ser libre no es estar sin hacer nada y solo, ser libre es elegir los compromisos y aprovechar el tiempo de forma productiva.
 5)     ¿Qué le aportas tú como profesional?
Bueno, no sé si llego a aportar algo, en todo caso cierto estilo personal, el sentido del humor, el aire andaluz y el toque que cada persona le da a todo lo que toca.
 6)     ¿Qué tipo de relación mantienes con tus pacientes? ¿Es difícil no implicarse?
Mantengo una relación profesional y si alguno mantiene otro contacto conmigo será porque hay otros compromisos ajenos al tratamiento que nos unen, ya sea el taller de escritura, una amistad, etc. No pienso que un psicoanalista tenga que evitar el contacto con los pacientes fuera de la consulta, pero sí tiene que ser respetuoso y esperar a que sea el paciente el que te salude y no confundir un encuentro con una sesión, las sesiones conviene pagarlas.
 7)    Los españoles… ¿estamos tan mal como parece, tan desquiciados?
Los españoles están muy necesitados de psicoanálisis, de palabras, de escucha. Vivimos con mucha intolerancia, mucha represión y ya lo dijo Freud, la represión sexual genera represión de pensamiento y con ambas ningún país llega muy lejos.
 8)     ¿Estás a favor de tratar temas espinosos sin dramatizar y sin asustar al lector que recibe la información?
Que un tema sea espinoso depende bastante de la moral del que habla o escribe y del que escucha o lee. La moral contamina demasiado la comunicación y hace que no aprendamos a tolerar aquellas otras cuestiones que también son humanas, nos incumben y nos afectan. Un psicoanalista cuando tiene que hablar tiene que hacerlo con criterios éticos, no morales.

9)    Cuéntanos la rutina de un día cualquiera.
De un tiempo a esta parte me levanto bastante temprano, echo un vistazo al correo electrónico y los periódicos mientras desayuno, luego hago una hora de ejercicio físico, que he retomado hace unos meses. Luego llega el tiempo de prepararse para el trabajo y comenzar a atender a los primeros pacientes de la mañana. De esta forma compagino la atención a pacientes, el estudio, el diseño gráfico de algunos folletos de difusión para la consulta y también para la Escuela. Hace unas semanas interrumpí la colaboración semanal con televisiones y radios, tras varios años de actividad continua sentí que tenía que tomarme una pausa para plantear los próximos pasos y realizar otras tareas. Además, actualmente hay mucho trabajo en la consulta y no es fácil compaginar los horarios con los viajes cada semana a Madrid, donde también tengo consulta y continúo mi formación psicoanalítica y artística.
 10)  ¿Qué otra profesión tendrías si no fueses psicoanalista?
No es fácil, lo que más me gusta es esta profesión, que además incluye muchas otras cosas: poesía, teatro, cine, música, baile, canto, etc. La escuela Grupo Cero no sólo es una escuela de formación, es una forma de entender la cultural, el trabajo, etc. Es una fuente continua de energía.
Si hubiera que elegir otra profesión podría ser profesora, fotógrafa, pianista, poeta, o todas si se pudiera.
 11)¿Desconfían de ti los pacientes por considerarte demasiado joven? ¿Has tenido que imponerte alguna vez para infundir respeto?
Bueno, a lo largo de estos años me he encontrado con casos así, pacientes más jóvenes que yo y pacientes mucho mayores que yo, pero cuando alguno puso la excusa de la edad no era sino el reflejo de las resistencias que todo paciente tiene frente a su propio psicoanálisis. Cuando uno está decidido a algo no le importa ni la edad ni nada, sólo le importa la consecución de su objetivo. Cuando se trata del desempeño de una función la edad no tiene nada que ver, sino tu posición en el sistema y tu uso de las herramientas.
 12) ¿Qué tal llevan los hombres eso de enfrentarse a una chica psicoanalista?
No lo llevan muy bien, por un lado porque es una equivocación identificarme como una chica o mujer. Depende de la situación en la que nos encontremos, si es un encuentro amoroso, si es un encuentro profesional, si es un encuentro social. Existe la tendencia a vejarnos y destacar la belleza y los atributos sexuales, olvidando nuestra inteligencia, nuestra posición, nuestro trabajo.
En general, sí, lo llevan mal. Encontrarse frente a una mujer, profesional, independiente, con pensamiento y palabra no es fácil para los hombres. Se sienten abrumados por el hecho de que no tomes una posición de objeto, sino de  sujeto frente a ellos. Es algo a lo que tendrán que acostumbrarse porque esa es la mujer del siglo XXI.
 13) Lo que quieras añadir, estás en tu casa.
Me gustaría que el psicoanálisis estuviera un poquito en la casa de todos y todas, al fin y al cabo de esa forma viviríamos de forma más saludable y civilizada y seríamos menos mezquinos. Todo llegará.
Helena Trujillo Luque
Psicoanalista - Asesora Matrimonial
Teléfonos: 952 39 21 65 - 626 67 33 22

 
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